Hola ¿mundo?

Dice Stephen King que el momento que da más miedo es siempre justo antes de empezar. Y es verdad. Pero para poder seguir haciendo algo, no hay más remedio que comenzar. Es complicado enfrentarse al folio en blanco, pero parece un trabajo todavía más complejo ponerse al frente de un blog vacío y sin seguidores. ¿Sobre qué escribes en tu primera entrada? ¿quién nos leerá? ¿nadie? ¿nuestra familia? ¿los amigos? ¿los jefes del pasado? ¿se hará viral? Esto último seguro que sí (nota para Sheldon: esto es sarcasmo).

Empezando

Dice Stephen King que el momento que da más miedo es siempre justo antes de empezar. Y es verdad. Pero para poder seguir haciendo algo, no hay más remedio que comenzar.

Es complicado enfrentarse al folio en blanco, pero parece un trabajo todavía más complejo ponerse al frente de un blog vacío y sin seguidores. ¿Sobre qué escribes en tu primera entrada? ¿quién nos leerá? ¿nadie? ¿nuestra familia? ¿los amigos? ¿los jefes del pasado? ¿se hará viral? Esto último seguro que sí… (nota para Sheldon: es sarcasmo).

Digamos que es una sensación parecida (aunque mucho más light) a la de salir por primera vez a un escenario para contar algo pero sin saber cuánto público ha venido a verte. Nunca hemos sido actores ni monologuistas para saber que sienten, pero nos imaginamos que alguna pelusilla “similar” les entrará por el cuerpo. ¡Y eso que a nosotros nos protege la pantalla!

Y en esas estamos, escribiendo lo que nos sale, sin demasiado filtro y sin hacer uso de la típica guía sobre “cómo escribir la primera entrada de tu blog”, que son geniales, pero que en este caso no nos apetece usarla. Vamos a hacer gala de nuestro nombre, ¿no?

 

Pero qué me narras

Ese es el nombre de nuestro blog, no podía ser otro. La historia viene de lejos. Hemos usado esta frase en nuestro día a día para sorprendernos ante historias increíbles (y no tan increíbles, somos exagerados por naturaleza).

Cuando nos contaban cualquier noticia, descubrimiento o exclusiva mundial, en lugar del común “¿¡pero qué me cuentas!?” utilizábamos “¿¡pero qué me narras!?”. ¿Por qué? Pues porque una amiga de una amiga de una amiga lo decía, y gracias a la maravillosa expansión de la lengua, nos llegó a nosotros y ahora también usamos esa frase.

Nos gusta tanto que la decimos para todo. Incluso podemos llegar a ponérsela de nombre a nuestro blog.

 

Hay mucha gente pringá en esto

Recuerdo como hablábamos de montar Direfentes y de como queríamos tener un “pasillo de la fama” para colgar fotos de los nuestros con mensajes y valores que nos habían enseñado en la vida. Qué bonito suena, ¿verdad? Pero es así. Al final, la familia y los amigos son los que nos han aguantado todo este tiempo y nos han ayudado a tomar impulso sin retroceder. Para dar un pasito pa’ atrás ya está Ricky Martin.

Por eso, y porque creemos que esta entrada la leerán sobre todo las personas más cercanas a nosotros, queremos dedicaros al menos estas líneas.

Gracias por vuestros me gustas en Facebook, vuestros retweets en Twitter y vuestros likes en Instagram. Gracias por las recomendaciones a amigos y conocidos que necesitan montar una tienda online, una página web, aparecer en Google o diseñar un nuevo logotipo. Gracias a los que habéis dejado vuestro proyecto en nuestras manos. Y sobre todo, gracias por los consejos y por las advertencias. Lo hemos apuntado todo.

Nos dicen por el pinganillo que se nos acaba el tiempo del sentimentalismo, que tenemos que dar paso a la publicidad, a esas nuevas publicaciones del blog que ya irán enfocadas a nuestro público de verdad, al famoso público objetivo.

Esperamos que os guste todo lo que nos queda por publicar. Empezamos.